I
La mirada inocente de Bryan se perdía entre la helada nieve que caía y cubría el cristal de la ventana, en las noticias se anunciaba una ligera tormenta con apenas 3 cm de precipitación, mucho menos que el año pasado.
El 2009 había sido un año difícil para los Stanley, Peter el padre de Bryan había perdido completamente la razón, lo habían encontrado muerto en su tráiler de plataforma 2 días después de haber completado la ruta 46 y tras haber intentado asesinar a su esposa en un ataque de inexplicable furia.
Bryan recordaba claramente esa platica que sostuvieron sus padres justo antes de que Peter enloqueciera, había escuchado a su padre narrar su aventura en la autopista justo unos días antes de la noche buena, la historia resultaba extraña…en sus propias palabras había afirmado que en punto de las 3:25 de la madrugada mientras conducía por las afueras de Omaha Nebraska, un gran sentimiento de soledad le había invadido.
II
En realidad una lluvia de sentimientos le invadieron cuando paso el Gerard Ford Freeway, la temporada definitivamente no había sido la mejor, inclusive se anunciaba la posible quiebra de Five Golden Stars la compañía para la cual trabajaba.
Aunque Peter había sido toda su vida un hombre con un carácter benevolente pese a los constantes problemas familiares, aquella noche su corazón poco a poco se sumergía en una oscura amargura, el sabía que cuando los viajes eran largos su deber era llegar con bien a su hogar, descansar por fin con su familia, jugar con su muchacho, hacerle el amor a su mujer y tal vez soñar despierto en un maravilloso cambio de vida, añorando independencia, tranquilidad, libertad. Incluso cuando manejaba durante varias horas su rol consistía en encender la radio y sintonizar un buen rock y dejar escapar su mente hacia otro lugar, sin embargo…
Unos kilómetros atrás había hecho un autostop, tenía que detenerse a orinar los litros de café que bebió desde hacía un par de horas, a Peter le gustaba permanecer despierto mientras conducía por las madrugadas y completar su ruta puntual, a final de cuentas los viáticos llegaban íntegros a su bolsa y ahí permanecían hasta navidad. Pero esa noche definitivamente su necesidad fisiológica por fin lo había detenido y aunque no se encontraba cansado decidió sentarse en los escalones de su tráiler y fumar un cigarro mientras contemplaba el cielo y aterrizaba un poco en la realidad.
Una figura oscura caminaba por aquella solitaria carretera, Peter no advirtió su presencia hasta que se encontraba pasando justo frente a él arrastrando una especie de carretilla de madera con un gran cargamento cubierto por una lona manchada por lo que se podía escasamente observar.
-Buenas noches caballero, podría invitarme un cigarro? He hecho un largo viaje y necesito algo de humo en mis pulmones, deseo llegar a casa y olvidarme un rato de todo pero siento que sin un poco del vicio no podre continuar- Le dijo el misterioso hombre de sombrero y larga gabardina a Peter, el cual asintió sacando un cigarro de su cajetilla y encendiéndolo en los labios del viajero nocturno.
-Muchas gracias…soy Frank Withman- Le dijo el hombre estrechando su huesuda mano a Peter.
-Peter Stanley amigo, mucho gusto-Le dijo Peter un tanto desinteresado y molesto por aquella inesperada intromisión.
-No pretendo molestarte Pete, seguiré mi camino en cuanto termine el cigarro pero quiero mostrarte mi agradecimiento en vísperas de estas fechas, aunque te conozco y sé que tu orgullo no te permite aceptar las cosas fáciles, creo que tengo una propuesta para ti que no podrás rechazar.
Peter lo miro un rato ladeando la cabeza en signo de incomprensión, sin embargo no articulo palabra alguna y lo dejo por fin hablar.
-Se trata de un pequeño sacrificio mi buen amigo, a final de cuentas para obtener más…en esta vida es necesario desprenderse de lo que uno más ama no es así? Basta el caso de Caín y Abel como analogía.
Pero mi viejo amigo me iré sin rodeos y empezare confesándote algo que es necesario que sepas…veras sé que la duda a veces carcome tu corazón y que hasta el momento no has podido tener pruebas palpables de tus sospechas, pero yo conozco tu vida Petey y he aguardado hasta el día de hoy para hacerte esta propuesta y confesión..
Tu linda y querida Nicole te es infiel amigo mío, ha estado teniendo encuentros furtivos con el tipo de obras públicas recuerdas? El que se paseaba tantas veces por tu sagrado hogar y que por fin profano esa promesa entre tú y tu querida mujer…y antes de que me preguntes como sé todo esto permíteme recordarte de esas llamadas perdidas que últimamente hay en el teléfono de tu mujer, de esas salidas constantes con su nueva “amiga” Karime.
Lo sé…aquí el más afectado es Bryan, solo te tiene a ti Petey y tienes mi palabra que si haces justicia, el mundo que anhelas cuando estas soñando dormido o despierto se hará realidad, porque este mundo es tan injusto…no debería de ser de otra manera? Por qué siempre habrás de pagar los platos rotos querido e infortunado amigo? No debe de ser así y lo sabes..
Peter se quedó un largo rato atónito sin poder decir una sola palabra, aquel extraño de alguna manera había hecho que las piezas del rompecabezas encajaran y en aquellas palabras proferidas había tanta razón…que había estirado casi impulsivamente la mano del extraño para cerrar aquel macabro trato
-Lo hare…cambiare el rumbo de esta historia, por mí y por el muchacho-Había dicho Peter sintiendo el helado tacto de su interlocutor…observando su cruel mirada y su sonrisa llena de maldad.
III
Peter había completado por fin su ruta y llego a casa un par de horas antes de la cena, siendo cuidadoso de no mencionar absolutamente nada a su familia, de alguna manera muy en su interior conservaba la esperanza de encontrarla a ella en casa, esperándolo para recibirlo con un beso y un abrazo sincero…sin embargo se topó con la realidad que en su interior había reprimido, solo Bryan se encontraba en el traspatio de la casa, el chico de 8 años jugaba con sus camiones de juguete tan ausente en su pequeño mundo que no le resulto importante la ausencia constante de sus padres, el sabía que le amaban aunque cada uno tenía asuntos que para su edad resultaban complicados.
Peter sorprendió a su hijo y este le recibió con un gran abrazo y al preguntarle a este sobre su madre él se limitó a contestar-Esta con su amiga…dijo que estaría aquí antes de la cena- le había dicho el niño con un aire de indiferencia.
Peter le sonrió amargamente a su hijo y saco un par de dólares de su bolsa
-Bryan hazme un favor, ve con tu tío Barry y llévale este dinero, dile que te acompañe a comprar una botella de las que me gustan de sidra, si sobra dinero puedes comprarte lo que quieras amiguito-
El chico sonrió y asintiendo corrió a ponerse una chamarra y un pasamontañas. El hermano de Peter vivía a unas 7 cuadras de ahí y al menos le tomaría a Bryan una hora y media tal vez el llegar con las cosas a casa.
Peter se sentó a esperar unos minutos los cuales había parecido horas, mientras en su mente rondaban las palabras de aquel endemoniado ser que le confeso una verdad que deseaba saber desde hacía tiempo. Por fin Nicole apareció y cruzó el umbral sin advertir la presencia de Peter, había llegado sola y algo agitada, con un par de bolsas en ambas manos.
-Lo sé todo-Dijo Peter mientras la veía con odio en la mirada
-Hola cariño, no te esperaba tan temprano…que es lo que sabes?- Le dijo Nicole mientras le veía algo extrañada.
Peter se puso en pie y sin decir una palabra se abalanzo contra Nicole apretando sus manos alrededor del cuello de su mujer
-Ahora lo sé…y no permitiré que Bryan sufra por tu culpa, después de esto él y yo viviremos felices y en libertad como debe de ser!-
Nicole le miraba con una expresión de terror y unas lágrimas comenzaron a salir de sus ojos mientras había ya soltado las bolsas con algunas cosas para la cena de navidad. Nicole trato inútilmente de disuadir a su colérico esposo mientras el continuaba en su afán de hacer justicia tal y como le indico aquel sujeto en su autostop.
De pronto unos pasos se escucharon en la entrada de la casa, Karime había cruzado la puerta con una bolsa en sus manos y horrorizada ante la escena tomo a Peter por la espalda golpeándolo en la nuca en repetidas ocasiones
-Suéltala maldito loco de mierda!- Le gritaba mientras seguía golpeando a Peter frenéticamente.
Al mirarla Peter sorprendido y asustado soltó a su mujer y retrocedió hasta quedar de nuevo en el umbral y con lágrimas en los ojos le dijo entrecortadamente. –Perdóname me equivoque-
Y esa fue la última vez que Peter había visto a su familia, la pena y la culpa lo llevaron a acabar con su vida, el sabía que era un peligro el estar cerca de ellos y por otro lado no quería tampoco estar sin su familia, así que justo en la víspera de navidad se escucha en la madrugada el sonido de un gran tráiler en las proximidades de la casa de los Stanley y Bryan antes de navidad saluda a su padre desde la triste ventana de su solitario hogar.
De pronto había decidido salir huyendo hacia la oscuridad, absorto estaba en pensamientos y la única acústica que existía en aquella roja habitación era el sonido producido por el abanico de techo, que de vez en cuando contemplaba como hipnótico giraba constante sin detenerse, tal vez asi debía de ser el rumbo, la postura que todos habrían de tomar en cierto punto de cada historia en donde escapar de ese océano de irrealidad parece algo tan inseguro pero al final asi tenían que ser las cosas, siempre se terminaba cediendo ante los deseos de experimentar de nuevo un amor tal vez? Una decepción? El tiempo apremiaba y quizás una técnica filosófica de antaño ayudaría aclarar la mente un poco.
Se había puesto por fin de pie y un abrigo negro cubría su espalda, hubo una ocasión en donde había resuelto en una plática de amigos que el color negro era de sus favoritos..
-Puedo moverme con facilidad en la oscuridad, desapercibido…como un fantasma, solo asi puedo caminar seguro porque soy un hijo de noche- había afirmado entonces, y hasta la fecha consideraba que la noche tenía cierta influencia sobre él, quizás porque los mejores momentos de su vida habían estado relacionados con esa etapa del día o tal vez era otra cosa que desconocía, pero que con certeza podría alcanzar proporciones épicas e inexplicables para el mundo y para el mismo.
Puso en marcha el Dodge challenger del 70 y juntos huyeron hacia la penumbra.
Las luces de la ciudad se alejaban poco a poco dando paso a un panorama solitario, oscuro y nostálgico tal vez, en donde solo existía el silencio de la noche. En ciertos momentos deseaba detenerse a contemplar el cielo abierto y estrellado que extrañaba desde hacia tiempo, pero algo en su mente le decía que no debía detenerse…incluso que no debía de haber abandonado la reconfortante ciudad que nunca duerme, que siempre cobija aunque con su artificial luz hasta al más desdichado noctambulo.
La aguja marcaba ya 160 y el rugido del v8 podría alertar a lo que estuviese rondando en la noche, mientras en la radio una canción de creedence clearwater revival le había helado el alma, su instinto y su escaso “resplandor”dispararon una carga de adrenalina que le hizo sudar frio.
“Veo salir mala luna, veo dificultades en el camino, veo terremotos y rayos, veo mal tiempo para hoy, no salgas esta noche…puede costarte la vida, hay mala luna al salir”
Cerro un momento los ojos, su inconsciente perdió la noción del tiempo y había creído que se trataba de un breve lapsus de sueño que lo había asaltado a mitad de la noche, pero no era posible pues no había en ese momento ningún rastro de cansancio, sus ojos solamente escaparon hacia la imaginación, hacia la total oscuridad a la que las personas entran cuando se disponen a soñar… sin embargo cuando por fin sus sentidos habían reaccionado, el ya había cruzado una frontera que había evitado por mucho tiempo, mientras en su mente se lamentaba el haber sido tan estúpido y descuidado..el challenger poco a poco perdía velocidad y la radio se apagaba poco a poco dejándolo completamente solo.